Retrovirales: Desabasto ¿realidad o mito?
Por Manuel RL.
Twitter: LeonRiosManuel
Vivimos en una sociedad posmoderna en donde hablar de enfermedades de transmisión sexual
sigue siendo un tabú y objeto de persecución y señalamientos. El estigma que existe es tal y tan
fuerte que abordar estos temas resulta ser sentencia de castigo pues se cree que quienes lo
hablan, ya sea desde su propia experiencia o simplemente por querer humanizar a los demás y
mostrar a lo que todos estamos expuestos.
Hay muchos matices en cuanto a la sexualidad se refiere, habemos quiénes lo hablamos desde
nuestra propia vivencia queriendo prevenir y ahorrar algunas cosas a otros así como mantener a
los nuestros informas y siempre buscando el bien común. Soy una persona que vive con VIH, el
virus no me ha matado ni incapacitado al contrario me ha hecho ver muy de cerca la realidad de
las cosas desde las emociones de quiénes viven con el virus, las desigualdades, los problemas
políticos y sociales a los que estamos expuestos y resultamos víctimas, el ser una sociedad
invisible, rechazada, segregada, oculta, aquella a la que nadie quiere en el día a día pero a la que
todos quieren, apoyan y protegen ya sea por lástima, por miedo o por simples y verdaderos fines
políticos.
El VIH aparece por primera vez en 1981 en Estados Unidos de América, país que se ha dedicado a
la fecha al estudio y búsqueda de formas para acabar con el virus, al poco tiempo derivado de la
falta de conocimiento que se tenía sobre la enfermedad hubieron miles de muertos a nivel
mundial provocando que ésta fuera la pandemia mas mortal jamás vista siendo las principales
víctimas personas homosexuales, transexuales, trabajadoras y trabajadores sexuales así como
hombres heterosexuales y mujeres hetero en muy pequeña escala. Se sabía, por lo que se había
visto y estudiado, que la enfermedad debilitaba el sistema inmune y los pacientes pasaban a un
estado “deplorable” en cuestión de semanas muriendo a los pocos meses , se descubrió que el
virus se “contagiaba” de forma sexual, aunque muchas personas creían que podía ser incluso por
cualquier forma de contacto, y que el uso del condón servía de mucho para prevenir la adquisición
de esta condición así como las vitaminas y ciertos medicamentos podían contrarrestar en cierta
medida la condición sin embargo no era seguro asegurarle a los pacientes una vida plena.
Han pasado casi 40 años desde que aquel virus mortal llegó al mundo y no supimos como
reaccionar ante ello más que tener miedo, señalar a quiénes lo vivían siendo esta condición una de
las partes para segregar, rechazar y discriminar a homosexuales o a quiénes realizaran prácticas
sexuales fuera de lo socialmente establecido. El tiempo ha pasado y la ciencia y medicina han
avanzado mucho en el tema, se han logrado muchos descubrimientos y aportes que han logrado
frenar las muertes por sida y ayudarnos a comprender las formas de transmisión del virus, la
importancia de conocer oportunamente nuestro diagnóstico, las enfermedades oportunistas y
sobre todo la importancia en diferenciar el VIH del SIDA, así como la importancia del Tratamiento
Antiretroviral.
Durante mucho tiempo no se sabía a ciencia cierta como “atacar” al virus y como asegurarle una
vida digna a los pacientes quiénes fueron sometidos a cocteles de mas de 20 pastillas al día pero la
vida nos ha enseñado a evolucionar y en lo que al VIH respecta no hubo excepción. Hoy en día la
evolución en tratamientos de control del VIH ha sido de gran impacto cumpliendo su función
principal que es una buena y gran esperanza de vida. En América Latina y el caribe así como en el
mundo entero se han firmado grandes alianzas y compromisos por parte de los diferentes
gobiernos para poder acabar con el VIH y las muertes por SIDA, ONUSIDA propone para el 2020 el
reto 90-90-90 que quiere decir que para el 2020 el 90% de las personas conozcan su diagnóstico
de VIH, de ese porcentaje el 90% reciba una adherencia correcta y oportuna al tratamiento y ese
90% logre ser indetectable logrando así el control de la enfermedad y reduciendo las muertes por
SIDA.
México ha sido gran aliado y demostrado su compromiso por disminuir las cifras de transmisiones
y muertes brindando a la población el acceso al tratamiento de forma gratuita a través de
instituciones clave como han sido el IMSS, ISSSTE y el Seguro Popular que ahora es el INSABI,
instituciones que se han caracterizado por brindar medicamentos de primera generación a sus
derechohabientes, garantizando el acceso a su tratamiento, consultas, estudios de laboratorio
todo sin costo alguno.
Durante mucho tiempo nos preocupábamos única y exclusivamente de asistir a nuestras citas de
laboratorio que se nos habían programado, así como a nuestras citas con nuestros médicos sin
embargo esto no fue por mucho. Si bien es sabido que la corrupción es uno de los ejes principales
de la vida cotidiana en México es uno muy fuerte y principal por el cual muchos políticos y
funcionarios mexicanos han hecho gran parte de su riqueza exagerando los costos de materiales
tan simples como bolígrafos o papel e incluso como el de medicamentos para la sociedad civil y en
el caso de pacientes con VIH no hubo excepción. El actual gobierno federal decidió suspender,
cancelar y reiniciar las licitaciones que existían con PISA, el laboratorio con mayor nivel de
producción de estos medicamentos, esto derivado de las diferentes auditorías que se hicieron en
donde se comprobaba que había una enorme fuga de dinero misma que no se sabía a donde iba a
parar ese recurso faltante. La intención fue buena pero la estrategia fue mala, nunca tomaron en
cuenta el tiempo que toma generar nuevas licitaciones, el sorteo, dar de alta etc. Y al no haber
contemplado el proceso burocrático y mucho menos las reservas de medicamentos en almacén
pues la historia se desarrolló en tragedia para todos.
A pocos meses de haber empezado el año anterior y de haber entrado en funciones el actual
gobierno el caos fue tal que nadie dentro de las instituciones afectadas asumió la responsabilidad
de esta situación y lo único que se hizo de manera institucional fue “atender” de forma
“personalizada” a aquellos pacientes que se atrevían a visibilizar el desabasto del que resultaban
ser víctimas. Las primeras veces de la aparición de este fenómeno fue en marzo del año anterior y
en mayo varios usuarios derechohabientes del IMSS metieron un amparo colectivo ante la
Suprema Corte de Justicia de la Nación demandando el total abasto de su tratamiento movidos
por la única necesidad de vivir plenamente y habiendo ganado este amparo a los tres días dicha
institución les otorgó y garantizó el acceso a su tratamiento sin embargo no todas las historias
tuvieron el acceso a abogados o visibilidad ante medios masivos. De toda esta problemática
salieron muchas incógnitas la primera es ¿Continuaron con su tratamiento los pacientes? ¿Qué
acciones se tomaron? ¿Qué hizo el gobierno ante esta situación? La única solución existente era
lograr visibilizar el problema mostrando ante redes lo que estaba pasando, todo baja el
consentimiento del usuario, entre pares buscar soluciones para enfrentar la situación para esto
hubieron muchos usuarios de medicamentos que les sobraron pastillas de diferentes esquemas o
ingredientes activos y se tuvo que hacer una “rotación” de éstos, la ayuda entre pares ha sido
impresionante y mientras todo esto ocurría primero en el centro del país esta situación se
extendía por todo el país generando pánico entre los usuarios quiénes planteaban incluso
abandonar su adherencia al tratamiento derivado de esta problemática ajena a ellos. Al poco
tiempo la situación había en calma pero otra vez una mala estrategia reavivó esta situación.
No podemos aceptar un discurso de negación de esta problemática emitido por los responsables
de garantizar la vida digna de sus representados por un gobierno que fue electo por gran mayoría
de la población mexicana y siendo en su gran parte poblaciones jóvenes y sin generalizar o crear
estigma me atrevo a decir que también estas poblaciones jóvenes que eligieron un nuevo sistema
de gobierno resultaron afectados por esta problemática que incluso el ejecutivo federal negara y
clasificara a la población VIH como “Enfermos de SIDA” generando un discurso equivocado sobre
la labor de activistas y organizaciones de la sociedad civil así como promoviendo el estigma que ya
existía y prevalecía en la sociedad sobre las personas con la condición médica de VIH.
No podemos ser tolerantes y aceptar menos por más, es momento de abrir los ojos y despertar ante estas realidades que como sociedad nos competen y afectan como sociedad, se necesita con urgencia la promoción de políticas públicas que beneficien a la sociedad que vive con VIH, urge que todos
como sociedad y gobierno planeemos rutas de acción para la visibilización de campañas de salud
sexual, prevención, difusión y acceso a tratamientos de primer nivel así como campañas de
difusión, visibilización y sensibilización en materia de VIH borrando estigmas, etiquetas y
previniendo la discriminación pues aún se promueve información de hace 20 años y peor aún en
las campañas que existen se divulgan lo malo pero no se habla de todos los aspectos positivos que
existen.
Twitter: LeonRiosManuel
Vivimos en una sociedad posmoderna en donde hablar de enfermedades de transmisión sexual
sigue siendo un tabú y objeto de persecución y señalamientos. El estigma que existe es tal y tan
fuerte que abordar estos temas resulta ser sentencia de castigo pues se cree que quienes lo
hablan, ya sea desde su propia experiencia o simplemente por querer humanizar a los demás y
mostrar a lo que todos estamos expuestos.
Hay muchos matices en cuanto a la sexualidad se refiere, habemos quiénes lo hablamos desde
nuestra propia vivencia queriendo prevenir y ahorrar algunas cosas a otros así como mantener a
los nuestros informas y siempre buscando el bien común. Soy una persona que vive con VIH, el
virus no me ha matado ni incapacitado al contrario me ha hecho ver muy de cerca la realidad de
las cosas desde las emociones de quiénes viven con el virus, las desigualdades, los problemas
políticos y sociales a los que estamos expuestos y resultamos víctimas, el ser una sociedad
invisible, rechazada, segregada, oculta, aquella a la que nadie quiere en el día a día pero a la que
todos quieren, apoyan y protegen ya sea por lástima, por miedo o por simples y verdaderos fines
políticos.
El VIH aparece por primera vez en 1981 en Estados Unidos de América, país que se ha dedicado a
la fecha al estudio y búsqueda de formas para acabar con el virus, al poco tiempo derivado de la
falta de conocimiento que se tenía sobre la enfermedad hubieron miles de muertos a nivel
mundial provocando que ésta fuera la pandemia mas mortal jamás vista siendo las principales
víctimas personas homosexuales, transexuales, trabajadoras y trabajadores sexuales así como
hombres heterosexuales y mujeres hetero en muy pequeña escala. Se sabía, por lo que se había
visto y estudiado, que la enfermedad debilitaba el sistema inmune y los pacientes pasaban a un
estado “deplorable” en cuestión de semanas muriendo a los pocos meses , se descubrió que el
virus se “contagiaba” de forma sexual, aunque muchas personas creían que podía ser incluso por
cualquier forma de contacto, y que el uso del condón servía de mucho para prevenir la adquisición
de esta condición así como las vitaminas y ciertos medicamentos podían contrarrestar en cierta
medida la condición sin embargo no era seguro asegurarle a los pacientes una vida plena.
Han pasado casi 40 años desde que aquel virus mortal llegó al mundo y no supimos como
reaccionar ante ello más que tener miedo, señalar a quiénes lo vivían siendo esta condición una de
las partes para segregar, rechazar y discriminar a homosexuales o a quiénes realizaran prácticas
sexuales fuera de lo socialmente establecido. El tiempo ha pasado y la ciencia y medicina han
avanzado mucho en el tema, se han logrado muchos descubrimientos y aportes que han logrado
frenar las muertes por sida y ayudarnos a comprender las formas de transmisión del virus, la
importancia de conocer oportunamente nuestro diagnóstico, las enfermedades oportunistas y
sobre todo la importancia en diferenciar el VIH del SIDA, así como la importancia del Tratamiento
Antiretroviral.
Durante mucho tiempo no se sabía a ciencia cierta como “atacar” al virus y como asegurarle una
vida digna a los pacientes quiénes fueron sometidos a cocteles de mas de 20 pastillas al día pero la
vida nos ha enseñado a evolucionar y en lo que al VIH respecta no hubo excepción. Hoy en día la
evolución en tratamientos de control del VIH ha sido de gran impacto cumpliendo su función
principal que es una buena y gran esperanza de vida. En América Latina y el caribe así como en el
mundo entero se han firmado grandes alianzas y compromisos por parte de los diferentes
gobiernos para poder acabar con el VIH y las muertes por SIDA, ONUSIDA propone para el 2020 el
reto 90-90-90 que quiere decir que para el 2020 el 90% de las personas conozcan su diagnóstico
de VIH, de ese porcentaje el 90% reciba una adherencia correcta y oportuna al tratamiento y ese
90% logre ser indetectable logrando así el control de la enfermedad y reduciendo las muertes por
SIDA.
México ha sido gran aliado y demostrado su compromiso por disminuir las cifras de transmisiones
y muertes brindando a la población el acceso al tratamiento de forma gratuita a través de
instituciones clave como han sido el IMSS, ISSSTE y el Seguro Popular que ahora es el INSABI,
instituciones que se han caracterizado por brindar medicamentos de primera generación a sus
derechohabientes, garantizando el acceso a su tratamiento, consultas, estudios de laboratorio
todo sin costo alguno.
Durante mucho tiempo nos preocupábamos única y exclusivamente de asistir a nuestras citas de
laboratorio que se nos habían programado, así como a nuestras citas con nuestros médicos sin
embargo esto no fue por mucho. Si bien es sabido que la corrupción es uno de los ejes principales
de la vida cotidiana en México es uno muy fuerte y principal por el cual muchos políticos y
funcionarios mexicanos han hecho gran parte de su riqueza exagerando los costos de materiales
tan simples como bolígrafos o papel e incluso como el de medicamentos para la sociedad civil y en
el caso de pacientes con VIH no hubo excepción. El actual gobierno federal decidió suspender,
cancelar y reiniciar las licitaciones que existían con PISA, el laboratorio con mayor nivel de
producción de estos medicamentos, esto derivado de las diferentes auditorías que se hicieron en
donde se comprobaba que había una enorme fuga de dinero misma que no se sabía a donde iba a
parar ese recurso faltante. La intención fue buena pero la estrategia fue mala, nunca tomaron en
cuenta el tiempo que toma generar nuevas licitaciones, el sorteo, dar de alta etc. Y al no haber
contemplado el proceso burocrático y mucho menos las reservas de medicamentos en almacén
pues la historia se desarrolló en tragedia para todos.
A pocos meses de haber empezado el año anterior y de haber entrado en funciones el actual
gobierno el caos fue tal que nadie dentro de las instituciones afectadas asumió la responsabilidad
de esta situación y lo único que se hizo de manera institucional fue “atender” de forma
“personalizada” a aquellos pacientes que se atrevían a visibilizar el desabasto del que resultaban
ser víctimas. Las primeras veces de la aparición de este fenómeno fue en marzo del año anterior y
en mayo varios usuarios derechohabientes del IMSS metieron un amparo colectivo ante la
Suprema Corte de Justicia de la Nación demandando el total abasto de su tratamiento movidos
por la única necesidad de vivir plenamente y habiendo ganado este amparo a los tres días dicha
institución les otorgó y garantizó el acceso a su tratamiento sin embargo no todas las historias
tuvieron el acceso a abogados o visibilidad ante medios masivos. De toda esta problemática
salieron muchas incógnitas la primera es ¿Continuaron con su tratamiento los pacientes? ¿Qué
acciones se tomaron? ¿Qué hizo el gobierno ante esta situación? La única solución existente era
lograr visibilizar el problema mostrando ante redes lo que estaba pasando, todo baja el
consentimiento del usuario, entre pares buscar soluciones para enfrentar la situación para esto
hubieron muchos usuarios de medicamentos que les sobraron pastillas de diferentes esquemas o
ingredientes activos y se tuvo que hacer una “rotación” de éstos, la ayuda entre pares ha sido
impresionante y mientras todo esto ocurría primero en el centro del país esta situación se
extendía por todo el país generando pánico entre los usuarios quiénes planteaban incluso
abandonar su adherencia al tratamiento derivado de esta problemática ajena a ellos. Al poco
tiempo la situación había en calma pero otra vez una mala estrategia reavivó esta situación.
No podemos aceptar un discurso de negación de esta problemática emitido por los responsables
de garantizar la vida digna de sus representados por un gobierno que fue electo por gran mayoría
de la población mexicana y siendo en su gran parte poblaciones jóvenes y sin generalizar o crear
estigma me atrevo a decir que también estas poblaciones jóvenes que eligieron un nuevo sistema
de gobierno resultaron afectados por esta problemática que incluso el ejecutivo federal negara y
clasificara a la población VIH como “Enfermos de SIDA” generando un discurso equivocado sobre
la labor de activistas y organizaciones de la sociedad civil así como promoviendo el estigma que ya
existía y prevalecía en la sociedad sobre las personas con la condición médica de VIH.
No podemos ser tolerantes y aceptar menos por más, es momento de abrir los ojos y despertar ante estas realidades que como sociedad nos competen y afectan como sociedad, se necesita con urgencia la promoción de políticas públicas que beneficien a la sociedad que vive con VIH, urge que todos
como sociedad y gobierno planeemos rutas de acción para la visibilización de campañas de salud
sexual, prevención, difusión y acceso a tratamientos de primer nivel así como campañas de
difusión, visibilización y sensibilización en materia de VIH borrando estigmas, etiquetas y
previniendo la discriminación pues aún se promueve información de hace 20 años y peor aún en
las campañas que existen se divulgan lo malo pero no se habla de todos los aspectos positivos que
existen.
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